Panel de Migrantes y DDHH (Parte II) Universidad Popular de Invierno 2025

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Transcripción Parte II

(El video del encuentro está al final de la publicación)

El equipo del Gabinete de Migrantes y DD.HH., en su Parte II, a través de la Universidad Popular de Invierno 2025 organizada por la Multisectorial Federal de la República Argentina, realizó el miércoles 27 de agosto el Panel titulado: “Migrantes y DDHH, EFECTOS DEL DNU 366/2025” (en dos videos consecutivos de dos horas cada uno) con panelistas que son referencia a nivel nacional e internacional, y del que a continuación presentaremos la transcripción y los consensos a los que se arribó.

Con la coordinación de la compañera Rosmery Chuquimia y la coordinación general del secretario de la Multisectorial Federal, el compañero Pablo Sercovich, contaremos, además, con la participación especial de lxs panelistxs Pablo Ceriani Cernadas, Pablo Asa, Doris Quispe y Norberto Liwski.

El encuentro partió de los consensos alcanzados en la Universidad de Verano 2025 (que se desarrolló desde la sede argentina de FLACSO), y su eje vertebrador comprende el comentario y desglose del contexto político, social y económico de lxs migrantes en nuestro país, así como la legislación y la praxis en relación con los derechos humanos de toda persona que migra a la Argentina.

Como es característica de la Multisectorial Federal, los paneles funcionan a manera de instancias de debate abierto y federal, que articulan saberes técnicos, militantes y territoriales, y que alimentan la producción programática de cada equipo temático de su Gabinete.

Apertura y Coordinación por ROSMERY CHUQUIMIA

Hola, mi nombre es Rosmery Chuquimia, soy de la CTA Autónoma e integrante de la Multisectorial. Acá están nuestros compañeros Pablo Sercovich, Pablo Ceriani y Doris Quispe.

La Multisectorial tiene un propósito muy importante desde 2019 hasta la fecha. Ha desarrollado numerosas capacitaciones en diversos temas del país y, además, con Runasur mantiene un convenio para abordar las situaciones vinculadas a derechos humanos.

Hoy contamos con dos horas para trabajar sobre los derechos humanos migratorios, y conocer en qué situación estamos. Vamos a tratar el tema del DNU 366 y las consecuencias de estas nuevas leyes que perjudican la migración. Es importante que todas y todos tomen atención.

También quiero saludar a Norberto Liwski, otro de nuestros panelistas.

Les informo a todos que Pablo comenzará la exposición y luego continuará Norberto Liwski. Las preguntas se harán una vez que finalice la presentación de Pablo Ceriani. Recuerden: siempre con respeto, manteniendo el micrófono apagado para que podamos escucharnos bien.

Todas las preguntas se responderán con el debido orden. Después de Pablo, intervendrá Norberto Liwski quien abordará el tema de la niñez, adolescencia, vulnerabilidad migrante y nacional.

Así que bienvenidos y tienen la palabra. Pablo, por favor presentate.

Compañero PABLO CERIANI CERNADAS

Muy buenas tardes a todas y todos. Primero quiero agradecer la invitación y disculparme por incorporarme más tarde de lo previsto. Estoy en Bogotá, en una reunión de las Defensorías del Pueblo de Iberoamérica, analizando la situación de los derechos de las personas migrantes junto a organizaciones de distintos países. La mesa se retrasó y acabo de salir, así que trataré de ser breve para no demorar la participación de Norberto.

Quiero ir de lo personal a lo técnico. A partir de la reforma de la ley de migraciones por el DNU 366 de mayo de 2025, lo primero que me surge compartir es una enorme preocupación. No solo por el cambio en sí, sino por la escasa reacción social y política frente a una medida que restringe derechos. Más allá de la xenofobia y el racismo que todavía persisten en parte de la mirada sobre la migración en Argentina, esperábamos una respuesta más firme de sectores sociales y políticos.

En 2003 se aprobó la Ley 25.871, la primera ley democrática de migraciones de nuestra historia, fruto de años de trabajo de organizaciones migrantes, sindicatos, universidades, iglesias y sectores políticos. Esa ley consagraba un principio central: toda persona que habita el país debe tener los mismos derechos que cualquier otra, tal como lo establece la Constitución.

Implementarla no fue sencillo y hubo retrocesos, como el DNU de 2017, que intentó vincular falsamente a la migración con la inseguridad. Esa reforma se logró derogar años después. Ahora, el nuevo decreto va incluso más allá y sus principales impactos son muy graves.

Las dos medidas más preocupantes son los recortes al acceso a la salud y a la educación superior. La universalidad de estos sistemas fue durante décadas un pilar del modelo de inclusión argentino, clave también para la integración de migrantes y sus familias. Romper con esto significa deteriorar no solo la vida de quienes migran, sino de toda la sociedad. La idea de que “vamos a vivir mejor si los migrantes pagan” es un engaño: la exclusión genera peores condiciones de salud pública y educativas para todos.

El decreto además genera irregularidad migratoria al eliminar derechos básicos, como la residencia permanente para madres, padres o hijos de argentinos, algo que ni siquiera la dictadura se animó a tocar. También habilita la detención de personas por hasta 60 días en procedimientos administrativos, no por delitos, lo cual contradice principios básicos del Estado de derecho.

Otra medida gravísima es que se borra la gratuidad universitaria: al modificar la Ley de Educación Superior, ahora las universidades pueden cobrar aranceles, empezando por estudiantes migrantes. Aunque las universidades aún no lo aplican, el proceso de arancelamiento ya comenzó.

En materia de nacionalidad, se restringen derechos a quienes residen en Argentina, pero se abre la posibilidad de comprar ciudadanía mediante inversiones millonarias, lo que puede favorecer el lavado de dinero y la corrupción.

Todo esto aumentará la precariedad laboral, la explotación y la exclusión social. Al mismo tiempo, se refuerza un discurso que asocia falsamente migración con problemas de seguridad, salud o educación.

Necesitamos alertar y movilizar a más actores sociales, académicos, políticos y comunitarios para frenar esta avanzada. La migración en Argentina siempre fue motor de inclusión y crecimiento social. La discriminación y el retroceso en derechos solo nos llevan a más desigualdad y conflictividad.

Por eso, es fundamental que las fuerzas políticas en el Congreso tengan el coraje de rechazar este DNU, coherentes con cualquier discurso que hable de justicia social, igualdad e inclusión. Defender los derechos migratorios es defender la democracia y el futuro de nuestro país.

Muchas gracias.

PREGUNTA a PABLO CERIANI por ROSMERY

Pablo, quisiera hacerte una pregunta y pedir tu opinión.

Se ha hablado mucho sobre el tema de las fronteras y quisiera saber cuánto afecta realmente y si es cierto lo que se dice acerca de la venta de espacios públicos.

También mencionaste el derecho a la vida vinculado a la salud, que es fundamental, y quisiera que profundices en ello.

Otro punto que circula es la idea de que los migrantes perjudican en el ámbito laboral, en relación al flujo económico y al flujo migratorio.

Finalmente, me interesa tu opinión sobre la xenofobia en los medios y redes de comunicación, y qué se puede hacer para tranquilizar esta situación y combatir los discursos de odio contra los migrantes.

PREGUNTA CELMIRA REY a PABLO CERIANI

Hola, buenas tardes. Tengo una pregunta y quisiera contextualizar quién soy para evitar malinterpretaciones.

Soy docente investigadora de la Universidad Nacional del Nordeste, en Chaco, norte argentino, en contacto directo con varios países, pero especialmente con Paraguay, un país hermano con el que convivimos de manera permanente y que forma parte de nuestro lenguaje y de nuestros modos de vida. Convivimos cotidianamente con los hermanos paraguayos.

Si en algún momento se malinterpretó mi pregunta, pido disculpas, ya que no es la intención. Este es un espacio abierto donde todos podemos preguntar con el respeto que corresponde.

Lo que quiero plantear es la necesidad de comprender qué implica, pensando en un proyecto como Runasur, una integración en términos de reciprocidad. Considero que esta dimensión se ha perdido un poco de vista en la discusión, incluso en lo que mencionaba Pablo Sercovich.

Nosotros estamos pensando en un proyecto latinoamericano que nos convoque en la posibilidad de unidad, intercambio justo y convivencia pacífica. Pero este intercambio solo será posible si entendemos cómo están operando hoy las lógicas migratorias en cada país.

Por eso, Pablo, me gustaría saber si podés dar alguna orientación sobre cómo se está trabajando la reciprocidad en cuestiones educativas, ya que este es un aspecto que me interesa particularmente para avanzar en la construcción de un proyecto latinoamericano desde Runasur.

Gracias.

Compañero MARCOS FLORES:

Muy buenas tardes a todos los coordinadores, a Pablo, a Rosmery y a todos los presentes. Este espacio es muy necesario. La información no debe ser cautiva de unos pocos, debe ser plena, clara y accesible para todos. No puede quedar restringida a ciertos ámbitos como la universidad, sino que debe ser más amplia.

Desde mi mirada, la información es una batalla: debemos llegar a mucha gente, y solo con medios adecuados podremos hacerlo.

Quiero plantear tres cuestiones, desde mi experiencia de más de 40 años viviendo en este país.

Primero, respecto de la migración en diferentes etapas de gobierno. Las leyes fueron cambiando. La mejor etapa que yo vi fue en 1997-1998, cuando se aplicó la ley del monotributo. Esa ley obligaba a toda persona a inscribirse, incluso quienes vivían en villas o asentamientos. Existió un convenio con la AFIP para que todos pudieran acceder al monotributo, aunque fuera eventual. Hoy, en cambio, es difícil acceder sin domicilio legal.

Luego, en 2004-2005, durante la presidencia de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, surgió la política de Patria Grande, en parte motivada por un incendio en un taller textil que visibilizó la situación de explotación. Más tarde, en 2017, con el gobierno de Macri, la ley volvió a cambiar y el resultado fue más persecución, xenofobia y racismo contra los migrantes. Siempre se nos ha señalado como responsables: si el problema es la universidad, es por los migrantes; si es la escuela, los migrantes; si es la salud, los migrantes.

Sin embargo, recuerdo que en 1997-1998 no hubo persecución ni racismo. Los medios no estigmatizaban y tampoco se hablaba de que los migrantes quitábamos trabajo. Eso me lleva a preguntarme si el sistema del monotributo y la regularización laboral no fue clave para reducir la discriminación en esos años.

Quiero remarcar que los migrantes no venimos a pedir subsidios ni planes sociales. Venimos a trabajar y a hacer crecer esta patria con nuestro esfuerzo. Según el censo, más del 60% de los migrantes somos monotributistas responsables, legalmente inscriptos. No ocupamos lugares que los argentinos dejan de lado, sino que cubrimos espacios laborales donde no hay mano de obra local.

Segundo, quiero preguntar algo concreto: ¿cuántos tipos de DNI existen hoy? Sé que hay al menos tres: Migraciones, Ministerio del Interior y Naturalización. En el gobierno de Macri se otorgaron más de 50.000 DNI a migrantes venezolanos por vía del Ministerio del Interior y no por Migraciones. Quisiera saber si ese mecanismo sigue vigente, especialmente para quienes no son parte del Mercosur.

Por último, una inquietud sobre las jubilaciones en el exterior. Muchos uruguayos cobran su jubilación en Uruguay, aunque hayan trabajado en Argentina. En el caso de los bolivianos, venimos reclamando desde hace años poder hacer lo mismo. Nuestro presidente, Luis Arce, dijo hace poco que tardará unos tres años en adecuarse la administración para que sea posible. Me gustaría confirmar si esto es así, ya que muchos de nosotros, al jubilarnos acá, queremos cobrar nuestra renta en Bolivia.

Muchas gracias por este espacio, que es fundamental para acceder a información clara y concreta.

Compañero PABLO CERIANI:

Gracias por los comentarios y las preguntas. Intentaré ser breve y responder a algunos de los temas planteados.

En cuanto al tema de fronteras, el DNU crea miedos infundados, con hipótesis absurdas como que personas deportadas de Estados Unidos vendrían a “invadir” Argentina. La realidad es que el país tiene hoy el número más bajo de migrantes de su historia y las estadísticas muestran que la migración viene bajando, debido a la crisis económica.

Las medidas restrictivas pueden generar más ingreso irregular, lo cual no beneficia a nadie. Con las dimensiones de nuestras fronteras, el control absoluto es imposible: las personas migran cuando lo necesitan, por trabajo o por protección, y buscan la manera de hacerlo. Sin embargo, Argentina hoy no es un país de interés ni como destino laboral ni como refugio. Aun así, el gobierno también recortó derechos en la ley de refugiados, pese a que casi no tenemos población refugiada.

El problema de fondo es que la política migratoria se diseña desde la capital, ignorando la realidad de las “fronteras vivas”, donde comunidades de ambos lados conviven hace décadas, con familias mixtas, culturas compartidas, lenguas como el guaraní o el quechua, y con vínculos laborales y educativos diarios. Esa realidad necesita políticas locales y binacionales, no miradas centralistas que desconocen el intercambio comunitario y cultural en las zonas de frontera.

Sobre la migración y el trabajo, nunca hubo estadísticas que demostraran que los migrantes quitan empleo a los argentinos. Por el contrario, son esenciales para la economía: no tendríamos frutas ni verduras sin la comunidad boliviana, ni viviendas sin la paraguaya, ni ladrillos ni textiles sin migrantes, ni sistemas de cuidado sin la comunidad peruana. Además, el 10% del personal de salud en Argentina es migrante. Recortar derechos y dejarlos en situación irregular solo favorece la explotación y la informalidad, sobre todo en sectores como el trabajo doméstico y rural, donde ya existe desigualdad de género y desprotección.

En cuanto a la xenofobia en redes y medios, es un problema mundial. La circulación de discursos de odio y desinformación influye en la política y explica por qué se pudo reformar una ley modelo de migración de la noche a la mañana sin escándalo social ni político. Necesitamos apropiarnos de esos espacios, construir alianzas y narrativas que reflejen la realidad de la migración, y trabajar en la educación antixenofobia desde la escuela. Porque la condición de extranjero dura una generación: los hijos de migrantes son argentinos. Tratar a las familias migrantes de manera desigual es hipotecar el futuro de personas argentinas.

Respecto a la reciprocidad, hay ámbitos donde es positiva, como el Acuerdo de Residencia del Mercosur (2002), que reconoció el derecho a residir y obtener permanencia a cualquier ciudadano sudamericano. Esa es una reciprocidad justa. Pero no puede usarse para condicionar derechos humanos: la salud, la educación y la protección de la infancia son obligaciones universales de cada Estado, más allá de lo que hagan los países vecinos. Lo que sí falta es más cooperación regional para elevar el piso de derechos, como hizo la Unión Europea al integrar países con menos desarrollo.

Coincido con Marcos: la información debe circular en el territorio y las comunidades. En los 90 hubo acuerdos que facilitaron la residencia a través del monotributo o contratos, pero la xenofobia volvió a crecer con la crisis. Hoy sigue pendiente reconocer el trabajo autónomo y popular como vía legítima de residencia. Argentina es un país enorme y con baja densidad poblacional: podría recibir más migrantes y crecer con ellos. El problema no son los migrantes, sino las políticas que generan crisis y exclusión.

Por eso, el desafío es revertir el DNU y garantizar un país donde las oportunidades y los derechos sean iguales para todos.

Compañera ROSMERY CHUQUIMIA:

Gracias, Pablo Ceriani. Espero que podamos tener otra oportunidad, porque este tema es muy amplio, queda mucho camino por recorrer y sería importante que nos sigas acompañando.

Quiero remarcar la importancia de la construcción de Runasur, con la perspectiva de que algún día logremos una ciudadanía automática y plena de derechos. Para eso necesitamos organizarnos y estar presentes.

Te despido agradeciéndote nuevamente y le doy paso a Norberto Lwiski, a quien también agradezco por la espera y el tiempo de estar acá con nosotros.

Norberto, te pido que te presentes, porque seguramente me quedaría corta al hacerlo yo. Gracias por tu presencia, y esperamos aprovechar esta hora que nos queda.

Como ya les dije a todos: las preguntas se realizan al final, con respeto y brevedad, para que podamos participar la mayor cantidad posible.

Compañero NORBERTO LIWSKI:

Muchas gracias por la invitación, Rosmery. Para mí es un gran gusto acompañar este espacio y haber tenido la oportunidad de escuchar a Pablo Ceriani, un estudioso y comprometido con los derechos de los y las migrantes de América Latina.

Rosmery me pidió centrar la reflexión en los efectos que tienen hoy las medidas adoptadas por el actual gobierno nacional en relación con la niñez y adolescencia migrante.

Es imposible separar la situación de los niños y adolescentes de la de sus familias y comunidades cuando hablamos de los impactos de políticas regresivas. Lo que vemos es un despojo sistemático de derechos, tanto en el plano de las políticas públicas como en la organización de la economía del país.

Para entender estos fenómenos, debemos observar también las relaciones internacionales del gobierno, que mantiene un alineamiento vertical con Estados Unidos e Israel.

  • En Estados Unidos, bajo la gestión de Trump, se implementó una verdadera cacería de migrantes latinoamericanos, con detenciones y deportaciones arbitrarias que fracturaron familias y generaron miedo e inseguridad, afectando gravemente el desarrollo emocional y cognitivo de los niños.
  • En Israel, la política expansionista y genocida sobre Palestina ha dejado miles de niños muertos en Gaza y una población infantil sometida al hambre y al maltrato.

Este mismo gobierno argentino, que en mayo de 2025 aprobó el DNU 366, introdujo profundos cambios regresivos en la Ley 25.871 de Migraciones (2003), que había sido reconocida internacionalmente como un avance en la protección de los derechos migratorios y de la niñez. En 2008, incluso el Instituto Interamericano del Niño de la OEA me invitó a exponer en Washington porque Argentina era considerada el país de América Latina que más había progresado en legislación de protección a niños migrantes. Ese logro estaba enmarcado en la construcción de UNASUR y un proyecto latinoamericano de unidad e integración.

Una base jurídica no es solo un conjunto de normas, también son valores culturales que dan identidad a un pueblo. Por ejemplo, en el fútbol argentino se erradicaron los cánticos xenofóbicos contra paraguayos o bolivianos porque ya no se admitía discriminación en los estadios. El DNU actual, en cambio, reactiva las concepciones más retrógradas y discriminatorias, habilitando un retroceso cultural y social.

Sin embargo, gran parte del pueblo empieza a rechazar estas políticas regresivas y a mirar nuevamente hacia el interés colectivo y la integración latinoamericana.

Los datos refuerzan la gravedad de este retroceso:

  • Según UNICEF, 1,9 millones de personas migrantes en Argentina tienen entre 0 y 19 años (1,5% de la población joven).
  • Entre 2004 y 2022 se otorgaron más de 1,6 millones de radicaciones permanentes, de las cuales el 15% fueron para niños, niñas y adolescentes.
  • La Encuesta Nacional de Migrantes 2020 mostró que un 20% tuvo dificultades para inscribir a sus hijos en la escuela. El Censo 2022 confirmó que los niños migrantes tienen tasas de asistencia escolar más bajas:
  • De 10 a 14 años: 91% (vs. 96% nacional).
  • De 15 a 19 años: 74% (vs. 79% nacional).
  • En salud, el 45,6% de las personas migrantes carece de cobertura, cifra que llega al 55% en niños y adolescentes (frente al 43% nacional).

La Convención sobre los Derechos del Niño —aprobada en 1989 y con rango constitucional en Argentina desde 2004— obliga a los Estados a adecuar su legislación. Sin embargo, en su informe de septiembre 2024, el Comité de Derechos del Niño denunció rechazos en las fronteras argentinas, devoluciones y falta de protocolos adecuados, e instó al país a:

  • Cumplir la Ley 25.871 sin excepciones.
  • Respetar la no discriminación y la protección contra la devolución.
  • Priorizar la unidad familiar y el interés superior del niño.

El gobierno hizo caso omiso y, además, retiró a Argentina del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un agravio internacional sin precedentes.

Frente a esto, debemos apoyarnos en las resoluciones de organismos internacionales para sostener con unidad, coordinación y firmeza la hermandad latinoamericana, combatir la xenofobia y garantizar que la vida democrática signifique pleno cumplimiento de los derechos humanos, especialmente de los niños, niñas y adolescentes migrantes.

Estoy atento a sus comentarios y preguntas.

COMPAÑERA Rosmery CHUQUIMIA

Muchas gracias por los detalles compartidos. Como hemos dicho desde el inicio, si alguien tiene preguntas puede escribirlas o levantar la mano. Estamos para seguir adelante.

Lo que planteaste genera un impacto emocional fuerte: es importante decirlo claramente, sin miedo, porque este espacio fue creado justamente para eso. Habitualmente hablamos de migración, pero no siempre abordamos la dimensión de la niñez y adolescencia, y las situaciones irreparables que atraviesan niños y jóvenes migrantes.

Quiero destacar también que Norberto es vicepresidente del Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas y director de Comité para la Defensa de la Ética, la Salud y los Derechos Humanos (CODESEDH) en violencia institucional, desde donde abre las puertas a todos los temas relacionados con los migrantes, acompañándolos de cerca.

Agradezco nuevamente a todos ustedes por participar. Aprovechen para hacer preguntas, porque esta es una oportunidad muy valiosa. Y a vos, Norberto, decirte que esperamos que no sea la última vez que nos acompañes.

(Norberto aclara que no fue presidente, sino vicepresidente del Comité, para no atribuirse un cargo que ejerció un distinguido colega holandés. Igualmente, agradecemos y reconocemos su enorme trayectoria en Argentina.)

Doris había pedido las estadísticas sobre niñez. Norberto confirma que compartirá toda la documentación mencionada para que circule de forma abierta y accesible.

Finalmente, recordamos que estas dos sesiones de 2 horas fueron grabadas y serán compartidas, porque es fundamental multiplicar esta información en cada espacio y que llegue a todos.

Compañero PABLO SERCOVICH:

En primer lugar, quiero agradecer la participación de este panel tan impresionante en ambas sesiones. Realmente no tienen desperdicio. Pronto compartiremos las grabaciones para que las compañeras y compañeros que no pudieron estar presentes también tengan acceso al registro completo.

Para nosotros es especialmente importante abordar estos temas, porque son cuestiones comunes a los distintos espacios de América del Sur con los que confluimos en esta iniciativa y en este esfuerzo compartido. Por eso, contar con estas miradas será clave para enriquecer los debates a nivel regional. Lo que describís es trágico: el escenario que planteás es realmente dramático. Ya nos preocupaba la demora en la respuesta del gobierno argentino a las relatorías e intimaciones en materia de derechos humanos, que son varias y han tardado en contestarse. Pero lo que vos estás señalando describe un panorama nunca antes imaginado en Argentina.

La pregunta que surge entonces es: ¿Cómo entendés que debemos abordar este desafío?

Compañero NORBERTO LIWSKI:

Yo creo que hay dos planos que van de manera complementaria. Creo que no debemos bajar la actitud de rechazo a las medidas antiderechos. No se trata de desconocer los riesgos que puede implicar. Hoy mismo estuvimos en la Plaza del Congreso en una manifestación ecuménica previa al encuentro y quienes asistimos y hablamos lo hicimos en un clima que parecía que la ciudad estaba ocupada militarmente. Pero al mismo tiempo se acercó gente porque sentía necesidad de hacerlo.

Por la mañana, participé en un encuentro con jóvenes del barrio La Paz de Quilmes, de San Francisco Solano, una zona muy pobre. El tema que quisieron conversar era sobre los derechos de los adolescentes, y terminaron diciendo: “Con los abuelos no, con los abuelos no.” Esto muestra que las jóvenes generaciones no están creciendo con el discurso de la crueldad ni con la falta de garantías, ni con el mensaje encriptado que llega por las redes y pretende vaciar el pensamiento crítico.

Por lo tanto, una tarea nuestra es ayudar a las jóvenes generaciones a confiar en su propio protagonismo, y a entender que la democracia no es solo ir a votar cada dos años, sino ejercitar los derechos que existen jurídicamente o construirlos cuando no están garantizados. A estas generaciones les debemos ayudar, especialmente en lo que respecta a la negación de derechos en el campo migratorio, para que no queden atrapadas en la lógica perversa que atribuye a los migrantes disvalores o afectaciones laborales y fomenta la xenofobia.

Tenemos que ayudar a que sean capaces de liberarse de ese “virus” que impregnan los sectores neoliberales en la sociedad. Debemos dar debates entre adultos, pero también acompañar a las jóvenes generaciones, considerando que estos temas les incumben. Si los dejamos solos, pequeñas bromas pueden escalar a hostigamiento, y los adultos no podemos ser simples espectadores. Debemos intervenir dentro y fuera de las aulas, en los barrios, clubes, espacios deportivos y recreativos. No está escrito que las jóvenes generaciones deban quedar atrapadas en concepciones degradantes sobre los derechos de los migrantes.

En segundo lugar, creo mucho en la organización de los migrantes y jóvenes migrantes, no para aislarse, sino para integrarse a la sociedad. No se trata de crear guetos, sino de compartir su cultura: comidas, bailes, fiestas, invitando a quienes no pertenecemos a su comunidad. Esta discusión debe trasladarse a la formación académica. Ningún egresado, de cualquier nivel o disciplina, debería terminar su formación sin la oportunidad de construir un pensamiento favorable al respeto por los derechos humanos y los derechos de los migrantes.

Cuando un trabajador, colega o médico actúa con actitud despectiva frente a un migrante, debería revisar su formación, porque el conocimiento científico no puede coexistir con valores discriminatorios. El conocimiento técnico y científico debe ir acompañado de valores éticos, que se expresan en el reconocimiento del otro, la empatía y el respeto por las diversidades de identidad, origen, cultura, lengua y gustos. Esto constituye otro gran desafío.

En tercer lugar, menciono el latinoamericanismo. Hemos retrocedido con la disolución de UNASUR y con los intentos de desarticular el Mercosur, aunque limitado por los pocos países que lo integran. La reconstrucción de una estructura regional que muestre la patria grande debe ser un objetivo. La patria grande es una patria de hermanos, donde nos sentimos compatriotas por nuestra región e identidad común. El latinoamericanismo es un orgullo colectivo de todos los integrantes de la región.

Estos son los desafíos de nuestro tiempo, y las jóvenes generaciones están dispuestas a escuchar y dialogar sobre estos temas. El problema es que los adultos no siempre llevamos estos debates al ámbito de los jóvenes. Ahí debemos iniciar un proceso de revisión respecto de nuestra propia participación.

Compañero PABLO SERCOVICH:

No sabes el calibre de la respuesta que me estás dando, porque además me estás dejando sobre la mesa un aviso muy importante para nosotros: desde nuestro aporte estamos intentando gestionar una primera convocatoria continental por la paz para el 21 de septiembre.

Entendemos que la posibilidad de poner en práctica este ejercicio de participación protagónica de todos los sectores, en el marco de una convocatoria adecuada, nos permitiría realizar un primer evento regional en un momento tan especial para todo el continente.

Ojalá se concrete esta iniciativa, y humildemente estaré acompañando si puedo ser útil en algo.

 

CIERRE por ROSMERY CHUQUIMIA

Creo que ya hemos llegado al final. Me atrevo a dar unas palabras para cerrar y agradecer a vos, Norberto, a Doris Quispe, a Pablo Asa, a Pablo Ceriani y a cada uno de ustedes que han estado presentes para escuchar, porque han sido varias horas, y era muy importante tener este espacio para poder luego difundirlo.

Voy a retomar una palabra que dijiste, Norberto: la hermandad latinoamericana. Siempre hemos hablado de que no es bueno colonizarnos ni separarnos, ni segregar a nadie. Todos debemos respetarnos. La inclusión, la integración y, sobre todo, la ética son fundamentales. Los migrantes somos todos; tenemos sangre migrante. Migrar no es un delito, migrar es un derecho humano mundial, y se debe respetar especialmente la vulnerabilidad de niños, adolescentes y personas con discapacidad o en situación de vulnerabilidad.

Con esto se cierra, y agradezco a todos ustedes.

Consensos Parte II del Panel “Migrantes y DDHH, EFECTOS DEL DNU 366/2025”:

1. Defensa de los derechos migratorios y rechazo a medidas regresivas

  • Existe un rechazo unánime al DNU 366/2025, por considerarlo una medida que restringe derechos fundamentales de las personas migrantes.
  • Se destaca que la migración no representa una amenaza laboral, económica ni social, y que los discursos que asocian migración con inseguridad, salud o educación son falsos y peligrosos.
  • Defender los derechos migratorios es defender la democracia y la igualdad, así como garantizar el futuro de la sociedad en su conjunto.

2. Atención a niños, niñas y adolescentes migrantes

  • La protección de la infancia y adolescencia migrante es prioritaria: los derechos de los niños no pueden separarse de los de sus familias y comunidades.
  • Se observan brechas graves en educación y salud: asistencia escolar menor que el promedio nacional, alta falta de cobertura sanitaria y obstáculos para inscripciones en escuelas.
  • Se enfatiza la obligación de cumplir la Convención sobre los Derechos del Niño, priorizando la unidad familiar, el interés superior del niño y la no discriminación.

3. Educación y conciencia social

  • La educación en derechos humanos y migratorios es fundamental en todos los niveles: estudiantes, profesionales y ciudadanos deben desarrollar pensamiento crítico y respeto por la diversidad.
  • Se coincide en que el conocimiento técnico y científico debe ir acompañado de valores éticos, empatía y reconocimiento de la diversidad de identidad, cultura, lengua y origen.
  • Las generaciones jóvenes deben ser protagonistas activos y no absorber mensajes de odio o xenofobia; los adultos tienen la responsabilidad de guiar y acompañar este aprendizaje.

4. Integración y organización de migrantes

  • La organización de migrantes y jóvenes migrantes debe orientarse a integrarse y compartir cultura (comidas, bailes, fiestas) con la sociedad, no a crear guetos.
  • La participación activa en la comunidad y en la formación académica fortalece la inclusión y combate la discriminación.
  • Es necesario promover espacios de diálogo intergeneracional y comunitario en escuelas, barrios, clubes y espacios recreativos.

5. Latinoamericanismo y cooperación regional

  • Se valora la construcción de UNASUR, Mercosur y proyectos de integración regional como marco de derechos y solidaridad.
  • Existe consenso en que la patria grande se basa en la hermandad, identidad común y cooperación entre países latinoamericanos, superando políticas centralistas o restrictivas.
  • La integración regional debe garantizar derechos universales, independientemente de las políticas migratorias de cada país.

6. Necesidad de información y participación social

  • La información sobre derechos migratorios debe ser accesible y amplia, no restringida a universidades o sectores especializados.
  • Es clave movilizar actores sociales, políticos, académicos y comunitarios, y apropiarse de medios y redes para contrarrestar la xenofobia y los discursos de odio.
  • Se promueve participación protagónica continental, como la iniciativa de la convocatoria por la paz del 21 de septiembre, para fortalecer la unidad y la integración regional.

7. Principios éticos y valores fundamentales

  • La ética, la inclusión y la integración son pilares fundamentales de la convivencia social.
  • Migrar no es un delito, es un derecho humano universal, que debe protegerse especialmente para los sectores más vulnerables: niños, adolescentes, personas con discapacidad y migrantes en situación de riesgo.
  • La hermandad latinoamericana y la cooperación regional deben guiar las políticas migratorias y sociales, junto con la responsabilidad de los adultos de educar y proteger a las nuevas generaciones.

Tras la finalización de la Universidad Popular de Invierno en su 4a edición, comenzarán a desarrollarse los Talleres de cada área de Trabajo en el Gabinete Multisectorial, a partir del 15 de Septiembre.

La primera parte consiste en el trabajo sobre los Consensos sobre las exposiciones del panel 

La segunda parte persigue Un Proyecto para tu comunidad.

Son espacios de diálogo para debatir y construir propuestas con metodologías participativas, análisis de contextos políticos y sociales e identificación de casos y proyectos. 

Estos encuentros buscan ser espacios estratégicos para la proyección y construcción de Comunidad Organizada en articulación. La participación es federal, a través de la Modalidad virtual para garantizar la inclusión de todas las militancias del país y la producción colectiva en la que se pone de manifiesto la articulación de conocimientos académicos, técnicos y territoriales para cada proyecto con acompañamiento de la Multisectorial Federal y la supervisión metodológica de PPGA FLACSO.


La Universidad Popular de Invierno 2025 en su 4edición convoca a la articulación, el fortalecimiento y la unidad popular, conjuntamente con el diseño de estrategias de acción para construir un proyecto de país como el que soñamos.

Principios Fundamentales de nuestra propuesta de trabajo:

La Multisectorial Federal de la República Argentina se basa en principios de inclusión, participación y respeto a la diversidad. Valoramos todos los aportes, ya sea desde un enfoque técnico, profesional o representativo de espacios específicos. Creemos que la diversidad de perspectivas enriquece nuestras discusiones y fortalece nuestras propuestas para una Argentina Justa, Libre y Soberana.

Áreas de Trabajo en el Gabinete Multisectorial

El Gabinete Multisectorial abarca una amplia gama de áreas que son fundamentales para el desarrollo integral de la sociedad argentina. Estos equipos temáticos de trabajo participativo de la Multisectorial Federal de la República Argentina tienen como objetivo:

–El monitoreo de las políticas públicas implementadas desde el 10 de Diciembre de 2023, el impacto del DNU 70/23, la Ley Bases, el RIGI y toda otra modificación jurídica o normativa con afectación en cada área,  así como

–El desarrollo de propuestas que reflejen el horizonte deseado por las militancias articuladas por el bien común, construyendo en confluencia una propuesta política y la estrategia que la lleve a la victoria.

Tu participación activa es esencial para el éxito de esta iniciativa, por lo que extendemos una cordial invitación a sumarte a esta Cuarta Edición de Encuentros Participativos de la Multisectorial Federal de la República Argentina.

Organiza: Argentina en Red para la Multisectorial Federal de la República Argentina. Acompaña: CTA Autónoma – Universidad Popular de Invierno 2025.

Contacto para información sobre la Universidad Popular de Invierno:

Secretaría. Florencia. WP 1131987726

Dando continuidad a la formación y el debate que el Gabinete Multisectorial promueve desde su creación, esta Universidad Popular de Invierno 2025 es otro eslabón con el que se enriquecerá lo trabajado con nuevas miradas.

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