En la siguiente entrevista, el director de Radio Gráfica, Gabriel Fernández, periodista, escritor, analista político regional e internacional da su mirada sobre el rol de los medios en la construcción de un sentido común que abreva en la confusión y desinformación públicas, poniendo el énfasis en cómo los grandes grupos mediáticos invierten los términos (desde el punto de vista semántico) para deslegitimar las demandas populares. ¿Por qué entonces los medios comunitarios como Radio Gráfica, surgida de la autogestión obrera, cobran relieve y conducen a una mayor credibilidad de cara a esos medios hegemónicos? La premisa desde la cual escribe, piensa y enseña parte de una comunicación comprometida con el Pensamiento Nacional. Los análisis que él realiza de forma concienzuda y veraz, atraviesan los intereses de fondo de cada actor, sin caer en remanidas etiquetas superficiales. Otro capítulo de interés es el del fútbol que, para Fernández, se configura como un espacio de disputa política. Un punto más, y es sobre una realidad que nos copa: de cara a las TIC’ s y los avances tecnológicos es, se hace imperativa la reapropiación de las tecnologías sin ceder a la lógica del capital. Te invito a que abordes esta lectura: Entre todas las posibilidades, sólo podés ganar.
Entrevista a Gabriel Fernández por Camila Ossorio Domecq para Argentina en Red
1.- Desde tu experiencia en distintos medios, tanto tradicionales como alternativos, ¿cómo ves la evolución del periodismo en Argentina en términos de independencia y compromiso con lo popular?
GF – La enorme confusión política que transita la sociedad es responsabilidad parcial de los medios. No total, claro está, pero si parcial. Es evidente que las empresas más importantes han instalado la inversión de términos sobre asuntos esenciales, y que su accionar, junto a la expansión en las redes sociales, ha vivificado las zonceras más perjudiciales en toda una franja. Pensemos en el concepto de gasto, en el de ahorro, en los de seguridad, asistencia, derechos, y sobre todo en la narración histórica. Lo mejor de nuestro trayecto pasa a ser lo peor y viceversa. Reina una especie de simplificación del mitrismo según el cual el aumento de la producción industrial, de la capacidad de compra masiva y de la circulación interna, es considerado derroche y despilfarro en vez de percibirse como inversión y crecimiento. Entonces, toda demanda social que beneficiaría a las grandes mayorías, pasa a ser un gasto que hay que eliminar.
Los grandes medios operan contra la comunidad y la nación, impregnando los debates públicos de equívocos intencionados para devaluar los impulsos de desarrollo y bienestar. Si se razona con detenimiento, puede verse que es un disparate, pero lo cierto es que ha tenido éxito. Como contracara existen y siguen desplegándose medios populares que intentan revertir el panorama y en los que se observa el surgimiento de muy buenos periodistas jóvenes. Pero muchos de esos medios también son influenciados por el liberalismo y, aunque señalan verdades en situaciones conflictivas, no abrevan lo suficiente en el Pensamiento Nacional. Algunos se dejan acorralar por el antiperonismo y terminan a la defensiva, desmarcándose del movimiento obrero y otras expresiones trascendentes construidas a lo largo de la historia por nuestro pueblo.
2. Radio Gráfica es un espacio de resistencia y construcción. ¿Qué momentos considerás como puntos de inflexión en su historia y qué aprendizajes dejaron?
GF – Radio Gráfica es parte de un espacio generado por los trabajadores gráficos de los talleres Conforti, hoy Cooperativa Gráfica Patricios, que tras la crisis del 2001 y el abandono patronal de la planta bregó largamente por la conservación de la fuente de trabajo. Así se fue creando el Mundo Patricios -talleres, escuela, centro de salud, radio y ahora centro cultural-. Es un ejemplo de autogestión que muestra la capacidad de los trabajadores para llevar adelante varias empresas coaligadas con capacidad y eficacia. En todo tuvo mucho que ver la experiencia histórica y la determinación del sindicato Federación Gráfica Bonaerense, gremio industrial que comprendió tempranamente que las recuperadas eran de vital importancia para la economía nacional y la organización de base de la comunidad. La radio está cumpliendo 20 años. Es una construcción colectiva que pasó por todas. Desde la Década Ganada, donde tampoco fue fácil pues la gestión inicial de Julio Bárbaro en el Comfer pretendió cerrarla lo que originó una resistencia clara y compacta. Luego, la llegada de Gabriel Mariotto a esa entidad mejoró el panorama y se fue logrando un reconocimiento institucional, así como la posibilidad de continuidad. Está formada por un equipo colectivo de dirección, y por áreas técnica, periodística, administrativa, redes. Incluye operadores, productores, periodistas. Contiene tiras institucionales de la emisora y programas unitarios de realización particular. Tiene actualidad nacional e internacional, entrevistas, coberturas callejeras permanentes, mucho fútbol, arte, cultura y espectáculos. Carece de una línea editorial unificada, porque integra al conjunto del espacio nacional popular industrial, y allí se pueden observar, a lo largo del día, distintos encares para los temas abordados. Se cuida mucho la certeza de las informaciones y la profundidad del análisis. Así, el público sabe que puede confiar en lo que sale al aire, lo que se publica en la web y lo que circula en las redes. Acá no se vende humo ni se fuerza la realidad para que se parezca a lo que queremos, sino que se cuenta lo que de verdad sucede. Tenemos claro nuestro lugar de mirador.

3.- La Señal Medios es un espacio que dirigís desde una mirada propia, nacional, con fuerte énfasis en el análisis de los países que definen las políticas públicas en la Argentina y en el mundo: ¿cómo definís la responsabilidad del periodismo en la batalla cultural de hoy? Otra pregunta: ¿La materialidad condiciona la conciencia o la conciencia condiciona la materialidad?
GF – A veces se suele identificar al periodismo surgido de la matriz del Pensamiento Nacional con lo contracultural. No está mal, hay algo de eso ahí, pero la mirada jauretcheana es de otro calibre. En cierto modo, contrastás a diario con el sentido común y la propaganda, a niveles que exigen una resistencia anímica vigorosa. Si recorrés mi trabajo, te vas a encontrar con una visión internacional muy distinta de las que se presumen críticas. Por un lado, refuto la versión del mundo difundida por los medios concentrados occidentales, su liberalismo asentado en confusión y con enfoques que priorizan el interés de las corporaciones financieras por sobre la realidad. Si se repasa el libro Fuentes Seguras es posible observar ese contraste agudo. Pero también colisiono con el ambientalismo, el feminismo radicalizado, el indianismo separatista … ahí está publicada mi investigación sobre Julio Argentino Roca, que no coincide con las que circulan habitualmente. Ahora mismo, tengo que lidiar con la postura de medios amigos y periodistas cercanos sobre el sentido de las acciones de Donald Trump. Es que si no digo lo que digo y se puede comprobar semana a semana, estaría mintiendo dada la información recabada a fondo. Por momentos tengo que cerrar parcialmente ventanas de debate para poder afrontar con todo uno de los temas. No miento, eso es importante y de alguna manera nos conduce al debate sobre la objetividad. Mi tarea se basa en detectar los intereses de base que encarna cada estado, cada corriente, cada protagonista. Cuando se deja eso de lado, se cae en la emocionalidad hueca, del tipo este me gusta más porque tiene formatos democráticos o aquél me preocupa porque los diarios lo califican como derechista. No doy lugar a esas percepciones epidérmicas sino a los intereses y las acciones. Es recién ahí donde inserto la cultura de los distintos espacios, pero intento no sobreimprimir factores etéreos y opinables sobre hechos concretos. Como la tarea periodística es diaria, el volumen tiende a sumergirte en un tsunami de datos, pero no podés justificarte con eso para decir macanas, tenés que absorberlos, procesarlos y situarlos en su justo lugar para no caer en la reiteración de lo que dicen los intereses financieros. Si no orientara la tarea en esa dirección, terminaría, como tantos medios alternativos o de izquierda, dando versiones presuntamente populares sobre los planteos de Davos y la OTAN. Es preciso ubicar en su exacto lugar los conceptos de gasto y de inversión, tan vapuleados. También, de qué hablamos cuando hablamos de democracia y de autocracia. Es necesario, para brindar un estudio limpio de cada situación, conocer los pasos que van dando los actores, erradicar el prejuzgamiento que implican las caracterizaciones de izquierda y derecha, mostrar al lector una realidad tangible y comprobable, esté de acuerdo o no con mis propios preceptos. Yo quiero que me informen así, por lo tanto eso es lo que hago a la hora de informar.
En cuanto al rastro filosófico de la pregunta. Suele utilizarse una frase de Marx y Engels que debería ser relativizada: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante”. Aunque es visiblemente lógica, la idea que transmite sin más es la de una dominación integral, que da lugar a una concepción devaluada de la creatividad y la inteligencia que anidan en la sociedad. Es un buen argumento para las fajas medias que no se comprometen en las luchas y repiten como excusa que el pueblo no tiene conciencia. De hecho y pese a lo que decimos sobre las dificultades presentes, este pueblo ha generado un modo de razonar que se diferencia, y en ocasiones desplaza, los parámetros mentales que pretende imponer el poder. Por eso hablo de Pensamiento Nacional. Con Arturo Jauretche como máxima pero no única referencia. ¿Cuántos pueblos pueden ofrecer una urdimbre de esa dimensión? Así que conciencia y materialidad emergen imbricadas, no hay determinismo de un nivel al otro.
4.- Has trabajado en medios con líneas editoriales muy distintas, desde Prensa Latina hasta Clarín. ¿Qué aprendizajes te dejó esa diversidad y cómo influyó en tu forma de entender el periodismo?
GF – Es preciso ser sincero con la gente. Todo medio tiene dos objetivos básicos, sea cual fuere su lineamiento: influir sobre la sociedad y ganar dinero. El segundo punto debe ser planteado para relativizar el heroísmo en los medios considerados alterativos. Si de algo puede jactarse un periodista nacional popular es de optar por trabajar en medios donde gana menos dinero debido a la distribución inequitativa de la publicidad, pero no por realizar gratuitamente la tarea. Esto es un oficio, en todo caso un oficio – profesión, cuando alguien proclama que los periodistas en esos medios no cobran porque son militantes, está realizando una involuntaria acción anti sindical que perjudica a los compañeros de todos los periódicos, radios, webs, canales, etc. ¿Cómo no van a cobrar productores, operadores, periodistas, que deben emitir textos, audios e imágenes a diario? ¿Quién les va a pagar el alquiler, el transporte, la vida cotidiana? Aunque parezca raro, esa idea anti laboral sigue circulando en muchos espacios. Otra cosa es poner el hombro en un proyecto naciente, dedicar más horas de las que se dedicarían en medios comerciales, eso es entendible y lo hemos hecho orgullosamente. Pero el trabajador de prensa no debe cumplir sus funciones gratuitamente. Eso lo perjudica, perjudica a los demás y deteriora la calidad y la continuidad del trabajo. En cuanto a los medios grandes, que conozco desde adentro, si uno tiene buena información, capacidad de análisis, se topa siempre con un borde, que no es otro que la línea editorial: esto no se puede decir, aquello debe difuminarse, tal personaje no puede figurar, etc. Lo que sea. Como son empresas voluminosas, diversificadas, toda investigación político económica choca con sus propios intereses. Es decir, no se puede allí concretar las W: Qué, quién, cuando, cómo, donde por qué, para qué. Y si no se puede responder a eso ¿cómo hacer periodismo? Esto quedó muy claro en la entrevista de La Izquierda diario al periodista de Clarín Julio Blanc, quien admitió que en ese medio se hacía -se sigue haciendo – periodismo de guerra. ¿Qué es eso? En muchos de los temas abordados, mentir. Fijate como invirtieron los términos, como decíamos antes, que cuando surgieron medios que indagaban la realidad para decir la verdad, los catalogaron como militantes. Tal vez el problema sea que una parte de la opinión pública cree esa tontería.

Mural en Federación Gráfica Boanerense con Raimundo Ongaro y compañeros combativos
5. Raimundo Ongaro (1925-2016), Secretario General de la Federación Gráfica Bonaerense (1984-2016) en donde impartís clases de Periodismo Gráfico y Radial, hablaba de “honra” en el sindicalismo. Particularmente decía: «Preferimos honra sin sindicatos que sindicatos sin honra». Desde tu perspectiva, ¿cómo se traduce ese concepto al periodismo comprometido con lo popular y con la verdad?
GF – Bueno, si viene un gobierno, una empresa, una institución y te dice pongo la guita que necesitás para seguir y crecer, pero tenés que decir tal y tal cosa, tenés que ocultar esta información y la otra, tenés que entrevistar a este, pero no a aquél, tenés que sumarte a esta campaña aunque no acuerdes … ¿para qué vas a hacer un medio nacional popular? ¿Para imitar a los concentrados? Yo tuve un muy buen desarrollo en los medios grandes, si construyo otros medios es porque quiero investigar y exponer lo que sucede, las claves de los dilemas locales e internacionales. Si no puedo hacerlo ¿para qué carajo me voy a meter en estos líos organizativos y bajar parcial y voluntariamente mis ingresos? Hago esto para decir la verdad, ayudar a pensar, ofrecer otra opción. Me gusta este laburo.

6.- En un contexto donde la comunicación digital impone nuevas lógicas de consumo, ¿cómo debe adaptarse la radio comunitaria sin perder su esencia?
GF – En principio, los avances tecnológicos son creaciones de la humanidad, no de una compañía que logra imprimir su logo en los productos. Por lo tanto, pueden y, digamos, deben ser utilizados por el conjunto. Una parte de esta discusión está planteada en el texto Terraformar la Tierra que publiqué en las Fuentes Seguras de la web de la Gráfica y en uno de los videos. En toda esta charla hay un hilván que conecta: la culpa que se le inserta a las personas por ganar un buen sueldo, sostener a sus familias y, en este punto, por vivir mejor gracias a la difusión de herramientas que facilitan la cotidianeidad. Es decir, acá la cuestión no radica en combatir las nuevas tecnologías para que no nos quiten el trabajo sino en lograr el poder político necesario para que esas tecnologías mejoren las formas de trabajo. Hecha esta precisión, cabe decir que en la Gráfica se utilizan todas las variantes innovadoras posibles. Aquí hay otra frase célebre que me gusta cuestionar. Marshall Mc Luhan señaló en los ’60 que el medio es el mensaje. Aunque la idea es atractiva, yo respondo que el medio es el medio y el mensaje es el mensaje. No ignoro que el exceso de síntesis que exigen las nuevas configuraciones perjudican en cierto punto la elaboración y la profundidad, pero al fin y al cabo tampoco es que las generaciones previas se la pasaban leyendo extensos y detallados libros impresos en papel. Alguna gente lo hacía, otra no. Hoy sucede algo parecido. Como no puede ser de otra manera, siento aprehensión, prevención, ante la Inteligencia Artificial, sobre todo por su capacidad de falsificar testimonios e imágenes al punto de insertar nuevos elementos destinados al engaño. Habrá que luchar contra eso, pero no podemos desdeñar el empleo de herramientas que permiten un sonido más completo, imágenes más definidas, difusión global. La batalla por el poder político económico incluye la protección de los derechos de autor, el control de las ediciones, el freno a la copia. La situación actual es caótica. Estamos en un período de tránsito, no sé cómo se resolverá pero quiero recordar que ante cada salto tecnológico la humanidad teme hallarse ante el fin de la historia y, como vemos, la historia continúa.
7. En La Señal Fútbol combinaste análisis político con el mundo del deporte. ¿Ves al fútbol como una arena política en disputa, al igual que los medios de comunicación?
GF – El fútbol es la única disciplina que en mi vida compitió con el periodismo. Jugaba todo el día y las horas que aquél Gabriel adolescente no utilizaba para jugar, las usaba para leer. Jugaba temprano, en Plaza Rocha, a nivel potrero. Por la tarde, después de la escuela, con los compañeros de clase. Luego, entrenaba en la sede tres días a la semana ¿podés creer? Los fines de semana en inferiores, más organizado, y los domingos iba a la cancha, a alentar a Gimnasia de local o de visitante, como fuera. Iba toda mi familia, con mi papá resuelto a no perderse un partido. De más grande jugué con los pibes de El Mate en cancha chica, hasta que ahí me quebré ligamentos cruzados y meniscos. Así que desde muy pibe hasta hoy, el fútbol ha sido parte de mi vida y un factor constitutivo de mi personalidad. Durante diez años acompañé con su mamá Vívian a mi hijo, Lautaro, a sus entrenamientos y partidos en las inferiores –Huracán, Boca, Argentinos y Ferro-. Veo todos los partidos que puedo del torneo de primera división y cuando tengo un rato, me preparo el mate y miro el ascenso. Por supuesto, la selección. Mi actual compañera, Norma, llega a casa y sabe que el sonido ambiente incluye un partido en pantalla y por las dudas, para no perder los comentarios, una radio web que subo y bajo alternativamente. A veces, se complica mi asistencia al Bosque porque tengo que terminar las Fuentes Seguras o surge algo, pero lo resuelvo. En realidad, no sé bien cómo hago, porque está claro que los horarios no dan, pero esto que cuento es verdad. La Señal Fútbol surgió así, nos sentábamos en el bar y conversábamos de fútbol, Claudio Fortuna prendía la cámara y se metía en las charlas, riverplatense a morir el tipo. Aira y Ponsico saben un montón, así que eso fue puro placer. Ahora disfruto como oyente Abrí la Cancha y participo de vez en cuando en las transmisiones de la selección. Soy un agradecido a la vida por haber nacido en un tramo donde el fútbol alcanzó su máxima expresión. Maradona poco tiempo atrás y ahora el gran juego argentino.

8.- Desde tu rol como analista internacional, ¿qué modelos comunicacionales de otros países considerás que podrían aportar a fortalecer los medios populares en Argentina?
GF – Estoy muy preocupado por el futuro de la comunicación, sin excepciones regionales. Las informaciones, en la actualidad, están a la vista pero a los medios les cuesta enormemente decodificarlas y darlas a conocer con el marco adecuado, su historización y sus progresión. Por un lado, tenés a los medios occidentales tradicionales, que intencionadamente intentan mostrar un mundo a su medida, que es la medida de los espacios financieros concentrados: la idea es convencer a los receptores que nada puede hacerse y que las políticas transformadoras son autoritarias y, en definitiva, perjudiciales. Por otro, a los medios de los estados BRICS +, con enormes dificultades para zafar de ese esquema y ahondar en el presente tomando en cuenta su proyección. Es más, estos últimos denotan una fuerte tendencia a dar explicaciones, a presentarse objetivos y democráticos, siguiendo el rastro de los occidentales involuntariamente. Es preciso analizar el proceso y quizás el primer paso sea admitir que la propaganda sobre medios establecida hace décadas por las mega empresas logró sus objetivos e impuso a sus medios como medida de verdad y hasta de estilo narrativo. Las redes, aunque han generado variantes positivas para la difusión de noticias que antes eran fácilmente ocultas, son utilizadas como bombas de racimo de los grandes medios. Estos lanzan una noticia con una idea de trasfondo y luego la replican sintéticamente en todos y cada uno de los canales surgidos a raíz de las nuevas tecnologías. Por lo tanto, es poco lo que se puede emular de lo existente, salvo el empleo a rajatabla de esos avances. Si me apurás para brindar una definición, puedo decirte que aquel histórico esquema de cinco W que lideraba la pirámide invertida, debe estar, aunque esparcido, en todo buen material periodístico, y que la mirada panorámica, aunque no forme parte de un texto, debe estar integrado a toda cobertura y a todo análisis. También, que un medio y un periodista necesitan saber a qué intereses responden y de qué región y población forman parte. Este último punto no es tan obvio como parece en su enunciación, muchos colegas están radicados aquí pero se plantan ante la realidad como si vivieran en Londres. El lugar del mirador, el mangrullo, es más importante que la ideología del emisor.
9.- Si tuvieras que definir la identidad de Radio Gráfica en una sola consigna que la diferencie de otros medios, ¿cuál sería y por qué?
GF – Desde el Pueblo y desde el Sur.

Latinoamérica Invertida, de Joaquín Torres García
10.- ¿Qué representa para vos el presidente Milei? ¿Cuál creés que es su plan de gobierno?
GF – Te soy franco. No pensé que este pueblo, que generó ese Pensamiento Nacional del cual hablamos y protagonizó jornadas como el 17 de Octubre, el Cordobazo, la recuperación de las Malvinas, el levantamiento del 2001, para no ir más lejos, llegaría a votar a un personaje con los rasgos que conocemos. El gobierno de Milei es liberal antinacional a la usanza del impulso promovido por José Alfredo Martínez de Hoz, con mayor acento en el vínculo con el capital financiero internacional y una composición de funcionarios lúmpenes, oportunistas, tan imbéciles que caen recurrentemente en la perversión. El discurso inaugural de la gestión, de espaldas al Congreso, fue una mentira tras otra, empezando por la ya muy desmentida versión de la Argentina próspera bajo la batuta oligárquica. Y sigue, amplificada por medios que coinciden con esas falsías. Sin embargo, no podemos descargar toda la responsabilidad sobre el votante.
Está claro que desde las corrientes nacional populares los errores fueron tan significativos que parecen intencionadamente diseñados para perder. Volvemos al comienzo: a diferencia de lo que sucede en otras partes del planeta, donde las naciones que crecen potencian el control estatal, apuestan a la inversión productiva y mejoran el nivel de vida promedio de sus sociedades, aquí la confusión es muy grande y la fuga hacia atrás aparece como una posibilidad de mejora. Con esta catástrofe inducida en marcha, no habrá mejora, y el país puede quedar desmembrado y saqueado. El deterioro del Conicet, el desfinanciamiento de la Comisión Nacional de Energía Atómica, el hostigamiento a las universidades y los centros de investigación, la desindustrialización, son factores que será difícil revertir.
Esto se da en circunstancias paradojales, porque la humanidad está priorizando esos elementos, las nuevas tecnologías, la energía, la producción. Y lo hace aplicando fórmulas que surgieron por estos pagos, como la Tercera Posición y la Comunidad Organizada. Sólo hay que adentrarse en los modelos que ofrecen varios de los BRICS + para entender. Los Estados Unidos y la Unión Europea ya no tienen el control de la situación. Pueden hacer daño, porque poseen herramientas acumuladas y amplias zonas de sus estados cooperan o son lideradas por las compañías financieras y armamentísticas, pero no están en condiciones de organizar el mundo en su beneficio como lo hicieron hasta hace poco.
El nuevo mundo se está dibujando, con riesgos, errores, traspiés, pero con un vigor extraordinario. Será distinto al conocido. Tendrá nuevos desequilibrios, pero también una más equitativa distribución del poder.
En términos estratégicos, nuestro país está apostando a perdedor. No comprender el sentido del futuro que está surgiendo ahora mismo, puede implicar el desvanecimiento de la nación. Es que no es cierto que los países no desaparecen. Los que equivocan el camino pueden fracturarse, empequeñecerse, convertirse en un archipiélago de pequeñas republiquetas sin poder ni volumen en el panorama internacional.
¿Habrá reacción? Cómo saberlo. A la luz de nuestra historia, es probable, pero a la luz del clima político presente, solo hay interrogantes.
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