La trastienda de la ideología de género

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Maurits Cornelis Escher

Por Camila Ossorio Domecq para Argentina en Red

La deconstrucción, según Jacques Derrida

Para comprender cabalmente la ideología de género (y su concepto rector “identidad de género”), es necesario remitirnos a la teoría deconstructivista de Jacques Derrida, filósofo argelino que estudió en la Escuela Normal Superior en París, y quien, entre los años 1960 y 1964 enseñó en la Universidad de la Sorbona de París. Autor de la teoría de la deconstrucción (en los ’70), y que fue aplicada originalmente en textos filosóficos y literarios, su método se extendió a otros campos (como la teoría literaria, la crítica cultural, la lingüística, ensayos, discursos y documentos jurídicos, entre otros). Su fórmula se basó en poner en práctica lecturas subversivas y no dogmáticas de los textos (de todo tipo) [1], desafiando las jerarquías de significado y revelando las complejidades (multi- interpretativas, más allá de esquemas binaristas), y en relación e inherentes a la escritura y el lenguaje. La deconstrucción cuestionó a las interpretaciones textuales: ni son fijas ni son jerárquicas. Asimismo, instaló como método las posibilidades de interpretaciones variadas, fluctuantes y múltiples y la pasible ambigüedad en el lenguaje, dejando ver la naturaleza fluida y cambiante en lo relativo a la interpretación y las posibilidades connotacionales, haciendo de este método subversivo e insurrecto el puntapié que dio lugar al dadaísmo, ligado fuertemente al surrealismo, si se quiere, y con ascendente directo en el psicoanálisis. En cuanto al arte, las formulaciones sinestésicas tuvieron -tienen- lugar.  

A mediados del siglo XX, esta teoría de la deconstrucción llega tras los movimientos feministas y de colectivos fuertemente marginados y discriminados, de cara a estructuras sociales de signos xenófobos, supremacistas, de predominancia machista con tendencias narcisistas y/o psicopáticas y/o sociopáticas, dentro de un sistema que no llamaré Patriarcal, (por cuestiones a desarrollar en siguientes artículos). Lo llamaré sistema de preminencia machista de carácter violento. Es una cuestión biopsicosocial y biológica, formulada en contextos culturales cuyos roles tienen su afirmación sobre pretensiones de superioridad en los diferentes contextos (familiares, políticos, profesionales, etc.). Estos hechos han tenido lugar en un siglo en que los genocidios y las guerras mundiales, (vigentes hoy a la actualidad), (por motivos y razones económicas y/o expansionistas y/o religiosas), llevaron a la lucha por la reivindicación y la obtención de derechos sociales a nivel mundial.  Desde el activismo, primero, y ya con legislaciones favorables (aún rudimentarias) a favor de estos colectivos oprimidos, y con el objetivo de contener e incluir, desde las pretensiones de igualdad y equidad ante la ley (tener presente que hablamos casi exclusivamente de los países de Occidente). Esos fundamentos de la ideología de género están basados en la búsqueda de la deconstrucción de roles y estereotipos tradicionales asociados al sexo biológico. La ideología de género, que contiene la diversidad de identidades de género, llamativamente enuncia, asociado a las diversidades, a las mujeres. Pienso que será la resultante del funcionamiento de un sistema que promueve, al día de hoy, desventajas en variados aspectos de la vida, dentro del engranaje de un sistema fuertemente machista, y violento.  

Niñeces y “reasignaciones de género”

En relación con lo mencionado más arriba, es importante tener en cuenta (y que es fundamental), la edad legal a partir de la cual pudieran realizarse las intervenciones médicas, que son irreversibles. Las “reasignaciones de género y de identidad” giran en torno de variables de proyección hacia la configuración, la expectativa, el objeto, el modo, la vida en sí, y en un nuevo desarrollo, otros desafíos. La niñez debe ser protegida, hasta alcanzar la maduración mental y emocional para poder tomar decisiones que le afectarán en primer lugar, y que los condicionarán de por vida, para bien o para mal.

Planificación geopolítica, ingeniería social y agenda

Ya en los años ‘60, la planificación geopolítica, la ingeniería social y los mercados fueron instalando en agenda definiciones, proyectos de sociedades, diseños culturales, familiares, de trabajo. En definitiva, esta problemática responde a un diseño desde los centros de poder mundiales, el control de la natalidad, profundas transformaciones sociales, culturales y de idiosincrasia.  

Cuándo, cómo, dónde

La hormonización, las cirugías destinadas a consumar las “transiciones de género” o “reasignaciones de género”, junto con las “reasignaciones psicológicas” en pos de afirmar el deseo de y la autopercepción en cada caso, cuando se trata de la terapia clínica de afirmación de género en menores, implica incursionar en territorios más delicados aún. A esto se suma que las intervenciones médicas son irreversibles. Este proceso de deconstrucción y deconstructivista, en la mayoría de los países de Occidente posee marcos legales (que asumen y expanden a la ciudadanía como ciudadanía de derechos), que interpelan y equiparan la diversidad social y de identidades sexuales junto con los ordenamientos tradicionales. Estas realidades sociales y legales, cuya meta es la de alcanzar la igualdad y la equidad, cobijan hoy las posibilidades de reflejar la identidad de género acorde con la psicología y mirada hacia el mundo de las personas cuya necesidad de un lugar, repito, en el mundo, implica además el borramiento de prejuicios, la aceptación y la inclusión, y la erradicación de la discriminación de género, garantizando el respeto a la identidad de género, y reconociendo la diversidad más allá de la “controversial dicotomía” hombre-mujer.

En Argentina, la legislación que respalda la ideología de género incluye la Ley de Identidad de Género (Ley 26.743), que reconoce el derecho de las personas a ser reconocidas en el género autopercibido. Esta ley establece el acceso gratuito a tratamientos médicos de adecuación de género, incluyendo cirugías y terapias hormonales. Además, la Ley Nacional de Educación Sexual Integral (ESI) incorpora enfoques de género en la educación.


[1] Peter Krieger,  (La deconstrucción de Jacques Derrida (1930-2004), https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-12762004000100009, versión impresa ISSN 0185-1276, An. Inst. Investig. Estét vol.26 no.84 Ciudad de México mar. 2004.

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Camila Ossorio Domecq

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