Consumo y desarrollo

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El desarrollo vía exportaciones contribuye a la construcción de economías duales, donde mejoran sus condiciones de vida los sectores ligados al sector externo sin que beneficie a los sectores más alejados de las exportaciones, expandiendo la brecha entre la sociedad y los sectores más competitivos.

Por Clara Patricia Razu para Argentina en Red

Título original: El consumo como dinamizador del desarrollo

“El derrame no existe, salvo en la mentira del liberalismo”

Cuando el crecimiento económico se refleja en las mejores condiciones de vida de un pueblo, de una sociedad, entonces se puede hablar de desarrollo. Es crecimiento económico con redistribución de ingresos.

El desarrollo económico es una etapa superior del crecimiento económico.

Los liberales económicos enarbolan entre otras consignas: “Primero hay que crecer y luego distribuir”, sin embargo, la evidencia histórica, aún la reciente, nos muestran que no necesariamente los procesos de crecimiento económico “derivan naturalmente en procesos de desarrollo económico”.

Esta situación obedece al hecho del grado de concentración económica de la economía argentina, así como también a los bajos ingresos de gran parte de las familias, aun las que tienen empleo. Por otro lado la inflación es un proceso que beneficia a los formadores de precios, en el sentido que para mantener, o aumentar sus márgenes de ganancia, trasladan los supuestos aumentos de costos, bajo la pantalla de “expectativas negativas” generando una redistribución de abajo hacia arriba.

La demanda agregada de nuestra economía, o sea la totalidad de la demanda de bienes y servicios se compone en un 65% de consumo privado. Si recordamos que la propensión marginal a consumir, o sea la tendencia al consumo adicional en relación a los ingresos, es mayor para quienes tienen menores ingresos, cuestión que se deriva del hecho que quienes tienen menores ingresos tienen necesidades insatisfechas de manera que tal que todo ingreso adicional se vuelca al consumo para satisfacerlas, entonces podríamos concluir que aumentos adicionales de ingresos hacia los sectores más vulnerables más allá del incremento de las transferencias presupuestarias, derivarían en un aumento de la recaudación, acá no se debe olvidar que la estructura impositiva argentina tiene un mayor componente de impuestos indirectos (que son los que recaen sobre la actividad económica), de manera tal que el aumento del gasto público se compensaría con un mayor volumen de ingresos públicos.

Pero… no todo es tan fácil, sino que dado el contexto de escasez de divisas, un elemento a tener en cuenta es la elasticidad de las importaciones en relación al aumento de la actividad económica, dado que todo proceso de crecimiento, deriva en un aumento de las importaciones de insumos industriales para sostenerlo, por eso es importante que esta redistribución se desarrolle en un marco de avance del proceso de sustitución de importaciones.

Un proceso de desarrollo integral no debe apuntar solo a la exportación y a superar la restricción externa a través de ese camino, debe contemplar el mercado interno y las condiciones de vida de todos, todas y todes los que comparten el suelo argentino.

El desarrollo vía exportaciones, es interesante pero contribuye a la construcción de economías duales, donde mejoran sus condiciones de vida los sectores más ligados al sector externo y al dinamismo de la producción de bienes y servicios exportables, sin que beneficie, o por lo menos no de la misma manera, a los sectores más alejados de las exportaciones que si bien pueden crecer, no lo hacen en las mismas condiciones, expandiendo la brecha entre la sociedad y los sectores más competitivos.

El marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, no debería ser ni el motivo, ni la excusa, los “muertos no pagan”, dijo en su momento el entonces presidente Néstor Kirchner, mientras los argumentos políticos son reforzados por los datos económicos.

A través de la historia, el FMI ha mostrado que tiene  en su haber más fracasos que éxitos, en términos de previsión y solución de crisis, por eso el camino es seguir un camino al desarrollo, sin renunciar a nuestros sueños, utilizando como premisa: “de los laberintos se sale por arriba”.

Clara Patricia Razu

Licenciada en Economía

Magister en Ciencias Sociales y Docente Investigadora de la Universidad Nacional de La Matanza.

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