En la siguiente entrevista reportearemos al compañero Ricardo Ernesto Sassón, líder de “la Cooke”, quien conduce desde una praxis transversal su equipo militante, desde el amor, la unión de voluntades en torno de la idea de una Patria Justa, equitativa y soberana. A lo largo de las respuestas quedará expuesto el perfil de un hombre necesario, de un militante político que suma. De una persona responsable que, como Doctor en leyes, pone la cara y el cuerpo por los más desfavorecidos. Su organización se erige (siempre) a favor de nuestra Patria, de la Patria grande, inclusiva y que exalta la necesidad de la justicia social, porque la Justicia Social no habilita el hambre de los niños y niñas, ni el abandono de personas (desde la realidad sobre la que se ha erguido y creado la Salud Pública (años ha)); de la educación pública, ni de dejar a la deriva las necesidades materiales y “espirituales” (lejos de imponer cualquier institución religiosa, hacemos referencia a que las necesidades materiales (comida, hogar, trabajo, familia) son también espirituales.
Por Constanza Lupo para Argentina en Red
Entrevistadora: Los argentinos estamos viviendo un momento doloroso en grado sumo con el gobierno del presidente libertario Javier Milei, de entrega, ruptura, abandono y disolución estratégica de los pilares constitucionales de nuestra Nación, con la consecuente destrucción de sus bastiones (la Salud, la Educación, el Empleo, la Alimentación) y la Desregulación y pauperización social a favor de la hiperconcentración dineraria de los más ricos.
El desguace del único modo posible que hace de una Nación una Nación justamente, implica necesariamente al Estado desde su rol: el rol del Estado Nacional, que es el de la organización de un país desde el punto de vista legal, institucional, políticamente organizado, socialmente incluyente y económicamente viable. La soberanía, hoy como tantas veces, está en manos de los cipayos de siempre: se prefieren ajenos, confiscando al nacional, saqueando al nacional, robando al nacional, para confirmarse en la aceptación “afectuosa, moral, personal” por parte del poderoso extranjero. Con la confesión a la BBC de Londres, el 6 de junio de 2024 del libertario anarco-mercadista Javier Milei: “Amo, Amo ser el topo dentro del Estado, Soy el que destruye al Estado desde adentro, Es como estar infiltrado en las filas enemigas, la reforma del Estado la tiene que hacer alguien que odie el Estado y yo odio tanto al Estado que estoy dispuesto a soportar todo este tipo de mentiras, calumnias, injurias, tanto sobre mi persona como mis seres más queridos, que son mi hermana y mis perros y mis padres con tal de destruir al Estado”.

Terrorismo, saqueo, fraude económico desde el Estado Nacional (o el Estado Libertario Nacional) constituyen Delitos Económicos que deberán ser juzgados como Crímenes de Lesa Humanidad
Dicho esto: ¿Cómo y cuándo iniciaste tu militancia?
Ricardo: Bueno, empezamos la militancia en los años 1974, 75. Yo estaba en el Secundario y simpatizaba con la izquierda peronista. Ahí empezamos a tener un acercamiento con la Unión de Estudiantes Secundarios. Y bueno, conocemos la historia. Yo era un militante muy periférico en aquel momento. Y durante la dictadura tuve mayor compromiso. Me acerqué a la izquierda nacional, al partido de la Izquierda Nacional, que era un desprendimiento del Frente de Izquierda Popular de Jorge Abelardo Ramos. Yo militaba con Jorge Spilimbergo. Y ahí tuve una formación política muy interesante conociendo a los pensadores nacionales. Ése es mi comienzo militante.

Entrevistadora: ¿En qué contexto político y social?
Ricardo: Era el contexto político de la dictadura, y yo había empezado a trabajar en Entel y me relacioné con la gente que había sido cesanteada por la dictadura, (que habían sido militantes gremiales del sindicato telefónico), y yo era uno de los pocos que estaba dentro de la empresa y que trabajaba a favor de los derechos de los trabajadores
de Entel, con los cesanteados de la empresa, y que todo refería por militancia gremial y política. Entonces, cuando volvió la democracia yo quedé muy bien relacionado con todos los compañeros que fueron reincorporados y que luego lideraron la lucha sindical. Ganamos el sindicato en aquel momento: estábamos con Julio Guizán, que era un sindicalista combativo en aquella época, luego cambió, pero en esa época era una bandera del sindicalismo combativo.

Teléfonos de ENTEL (1946-1990)
Entrevistadora: ¿Qué elementos incidieron directamente en tu compromiso militante?
Ricardo: Siempre ha estado relacionado con ver a la sociedad organizada de manera muy injusta. Yo pertenecía a una clase privilegiada, era un hijo de la clase media, pero veía que al lado mío había gente que no la pasaba bien, o veía diferencias; nosotros teníamos una persona que trabajaba en casa y a mí siempre me incomodó esa diferencia. Siempre que una persona sirviera a otra persona me pareció algo antinatural, algo injusto, entonces, ya a esa edad me di cuenta que había cosas que cambiar en esta sociedad. Eso, creo, fue el origen. De muy joven darme cuenta de que había diferencias sociales, que eran una injusticia y que había que combatir más. Ahí descubrí un montón de cosas, descubrí el peronismo, descubrí las contradicciones principales en una nación dependiente, el imperialismo, descubrí las dictaduras, en las que no nos dejaban hablar, en las que no nos dejaban pensar y que le quitaban derechos a la gente, que desaparecían a nuestros compañeros, bueno, todas esas cosas influyeron en mi actividad humana, e hicieron que yo me convirtiera en un militante político.

Dictaduras en la Argentina
Entrevistadora: Hablanos de tu trayectoria
Ricardo: Bueno, mi trayectoria es bastante larga. Puede llevar mucho tiempo. Como dije al principio, empecé como militante periférico de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Luego, durante la dictadura, me acerqué a la Izquierda Nacional. De ahí pasé a militar en el peronismo, porque empecé a tener una relación muy, muy cercana
con los compañeros peronistas que estaban militando desde afuera del sindicato, porque habían sido cesanteados.
Pero bueno, yo era parte del dispositivo de resistencia a la dictadura, desde adentro de la empresa. Entonces, los compañeros peronistas me generaron un gran, un gran lugar de afecto, de cariño, de lucha, de compromiso, y fue natural que me metiera a militar en el peronismo.
Cuando llegó la democracia, ahí nos comprometimos con lo que era la renovación peronista, estábamos muy, muy enojados con lo que había sido el peronismo de derecha, con las consecuencias que había tenido, con sus complicidades con la dictadura. Así que, bueno, nos enrollamos a militar en un peronismo que queríamos que fuera progresista, que fuera al hueso sobre los problemas que tenía en la Argentina, que eran problemas de dependencia y problemas de injusticia.
En ese momento teníamos, por supuesto, diferencias en lo económico, en lo político y en los temas de derechos humanos, pero ese fue el punto catalizador de toda la disidencia peronista con el gobierno traidor gorila de Menem. Así que ahí nos fuimos un poquito al desierto, porque Menem al principio tuvo mucho consenso, y de a poquito nos fuimos armando: el camino que hizo el FREPASO primero se llamó Grupo de los Ocho, eran ocho diputados rebeldes del peronismo que no acompañaban las iniciativas de Menem, después el Grupo de los Ocho se convirtió en Frente Grande, FREPASO, esa experiencia que terminó después con la renuncia de Chacho Álvarez a la vicepresidencia de la Nación.
En el medio también planteamos disidencias en lo que fue la política del FREPASO en alianza con De la Rúa, lo que se llamó la Alianza, la Alianza entre el FREPASO y el radicalismo, porque creíamos que una alianza con De la Rúa era algo que finalmente iba a traer los resultados que trajo.
Quizá había que esperar un poco más y tener un gobierno que pudiera enfrentar la situación. Era un debate en aquel momento porque también del otro lado estaban Menem y Duhalde, pero era un Duhalde muy ligado a Menem.
Así que ahí nos enfrentamos con la dirigencia del FREPASO, con Chacho Álvarez, Graciela Fernández Meijide, Aníbal Ibarra, porque planteábamos que la alianza con De la Rúa conllevaría a una catástrofe.
Pasó. Nos fuimos a militar con un grupo de gente (entre los que estaba Lilita Carrió, Liliana Chiernajowsky (la mujer de Chacho Álvarez, hoy difunta)), que era del grupo donde yo militaba y nos fuimos a armar lo que se llamó el ARI liderado por Lilita Carrió, momento en que era otra y que venía a denunciar los negociados del lavado de dinero. Bueno, era otra Carrió en ese momento cuando estuvimos ahí. Y después de eso, apareció en la escena política Néstor Kirchner. Su primera elección (subrayo, yo estaba muy defraudado con el peronismo y para mí cualquier peronista que hubiera estado cerca de Menem estaba descartado desde el principio) y fue por ello que (para mí) Néstor no era una opción (porque él no había roto con el menemismo y yo desconfiaba mucho de cualquier opción que hubiera estado cerca de Menem), pero la realidad es que cuando empezó a gobernar Néstor Kirchner empecé a ver cosas que eran absolutamente reversibles en cuanto a un camino de liberación nacional, a un camino de liberación social, de respeto por todas las situaciones de injusticia que vivían desocupados (toda la masa de desocupados que habían quedado del desastre menemista). Empezó a intentar remediar la política soberana, a tener una política exterior muy independiente y muy orgullosa de ser una Nación. Así que, rápidamente, no tuve problemas simpatizando con él y me fui trabajar, me asocié, me incorporé al kirchnerismo como un simpatizante muy muy entusiasta. En algún momento, la Secretaría de Tierras que comandaba Luis D’Elía me pidió que colaborara con ellos como abogado. Empecé a trabajar entonces como abogado en la Secretaría de Tierras con la gente de Luis D’Elía. Una gran sinergia hubo, una gran vocación de trabajar juntos, de respetarnos, de querernos, de hacer
muchas cosas que la verdad fueron una etapa hermosa donde sentíamos que el gobierno nos respaldaba en todas las acciones que hacíamos en favor de los más desfavorecidos, en favor de la gente sin tierra, en favor de los que estaban
tomando un terreno y ¡bueno! Toda esa actividad que hicimos y de la que sentimos mucho el respaldo del Gobierno Nacional que integrábamos, hizo que tuviéramos una hermandad irrompible. Yo me incorporé a trabajar con Luis
(con quien estuve 15 años compartiendo la militancia, historia conocida). Luis empezó a tener posiciones políticas con las cuales yo no estaba de acuerdo y tomamos distancia.
Entrevistadora: ¿Por qué la “John William Cooke”?
Ricardo: La realidad es que, naturalmente, los compañeros con los que yo había militado querían que continuáramos trabajando juntos, y eso nos condujo a formar un grupo. Decidimos ponerle como nombre a la agrupación “John William Cooke“. Es un homenaje a un luchador honesto e inclaudicable, colaborador de Perón que tuvo vocación por radicalizar la lucha antes que por moderarla, admirador de la revolución cubana y analista agudo de la realidad de su tiempo, que identificó con claridad los intereses oligárquicos e imperiales en pugna con las aspiraciones de igualdad y soberanía del pueblo argentino.

John William Cooke, (1919-1968) es el hombre al que Perón nombró como sucesor y que terminó fundando el peronismo revolucionario
Entrevistadora: ¿Hay Juicio político por Traición a la Patria al presidente libertario Javier Milei y su gabinete?
Ricardo: Tu pregunta nos trae a una reflexión política muy actual. Si tuviéramos la fuerza política, por supuesto, si tuviéramos los números en la Cámara Legislativa, por supuesto que habría que hacerle Juicio Político, pero no podemos pasar por alto la gran derrota que significa que Milei haya ganado por el voto, por las elecciones, por el consenso popular. Pero ese consenso por ahora lo sigue manteniendo, de los medios de comunicación, de la mano de una derrota con el surgimiento de tecnologías que a nosotros nos dejaron atrás.
En la realidad, hay que tomar todos estos elementos para responder esa pregunta, porque que un diputado, que dos diputados pidan el juicio político, no va a tener ninguna trascendencia. Tendrá trascendencia el día que las masas, el día que los este trabajadores, el día que los estudiantes, etc., todos juntos decidamos hacerlo. Yo no tengo ninguna duda de que es un traidor a la patria, no tengo ninguna duda de que viene a destruir la Nación y tampoco tengo ninguna duda de que hay que combatirlo desde todos los lugares y en todas las circunstancias, que hay que tener la inteligencia para que ese combate sea fructífero, quitarnos las ganas de gritar, despertar a un pueblo que por muchas frustraciones determinó que esté fuera el camino.
Entrevistadora: ¿Cuál es tu apreciación de este político AntiEstado, y por lo tanto, AntiNación? ¿Qué te genera?
Ricardo: Bueno, lo que me genera Milei es, justamente, que es todo lo contrario a mi pensamiento. Es una persona que tiene una formación Ultra libertaria frente a mí que tengo una formación de un Estado fuerte que proteja; todo, todo lo contrario: él viene a destruir el Estado y nosotros hemos trabajado para construir un Estado que ampare, un Estado que abrace; me genera muchas cosas: me genera bronca, me genera odio. En algunos momentos asco, náuseas. Me genera todo eso y también me genera preguntas: ¿Cómo fue que llegamos a esto? ¿Cómo llegamos a este personaje payasesco, semejante personaje, brutal? Hombre que seguramente tiene problemas psicológicos en lo más profundo de su ser. ¿Cómo la sociedad argentina terminó poniendo de presidente a este personaje? y ¿Qué es lo que nosotros no vimos como militantes? Años son los que nos preocupamos por esas cosas; ¿Cómo, cómo no la vimos venir nosotros, no lo vimos venir? La verdad es que lo que vino fue algo que no imaginamos nunca, nunca imaginamos que esto podía suceder. Siempre nos parecía un personaje menor, un personaje gracioso. Pero hay algo también en la sociedad argentina que hizo que Milei estuviera dónde está. Muchas cosas que nosotros toleramos, hicimos o no hicimos -o hacemos- que hacen que este personaje esté donde está. Todo eso tiene que ser materia de análisis para que nosotros podamos cambiar y darle vuelta esta historia.
Entrevistadora: Habrá elecciones de medio término este año 2025 en nuestro país, lo que implicará la renovación de representantes en ambas Cámaras del Poder Legislativo (que renovará por el Senado 24 senadores nacionales y en Cámara de Diputados 127. ¿Cómo ves la posibilidad de terminar con los políticos ensobrados (de todas las procedencias) y de llevar a los compañeros y compañeras leales al campo nacional, popular y federal para representar LEALMENTE los programas legislativos y de gobierno de sus representados?
Ricardo: ¿Qué posibilidades veo yo de que cambie radicalmente la composición del Congreso y que tengamos leales y que no se den vuelta, que no se agachen frente al poder? Creo que en este momento no veo que podamos tener un cambio radical. Yo creo que hay que luchar por eso, creo que hay posibilidades siempre. Siempre hay cosas que uno puede hacer para cambiar y para mejorar las que ya están. Acompañamos a Axel Kicillof, porque creemos que es una fuerza del campo nacional y popular, dentro del campo que puede hacerle frente al imperio y a la oligarquía. Vemos que hay muchos compañeros de esas características, de los que no se agachan, pero no creo que vaya a ser algo muy fácil ni de un día para el otro. Siempre siempre hay que luchar. Siempre siempre hay que sostener la lucha. Hoy es un momento (por qué no decir) de retroceso, de un gran retroceso donde nosotros, a lo que tenemos que hacer frente es a este gran retroceso, es sostener nuestras organizaciones, sostener nuestros compañeros, fortalecer nuestras organizaciones y darle pelea en todo terreno, darle pelea en todo lugar y estar preparados para dar en su momento el golpe final, para hoy sostener, agrupar y comprometer a los compañeros en las luchas de todos los días.
Entrevistadora: Para finalizar: ¿Qué consejos le darías a los más jóvenes?
Ricardo: Consejo para los más jóvenes… podemos dar muchos consejos, pero cualquier compañero que es (compañero) y que se incorpora a la lucha, que se incorpora la militancia y que tiene interés en que esta sociedad sea más justa, más libre, le diría que no baje las banderas, le diría que a veces los momentos son duros, son difíciles; parece que no hay salida. Siempre cambian los momentos; son eso, son momentos y hay que estar preparados no solamente para las victorias sino que hay que estar preparados para los momentos difíciles. Ahí se muestra el verdadero temple de un militante. Estos son momentos difíciles, pero van a venir momentos mejores y hay que estar preparados para eso. Por eso siempre la organización es la solidaridad de los muchos y esa solidaridad si está organizada es lo único que puede vencer a los poderosos. Así que a no dejarse deprimir. A no dejarse llevar por la idea de que ellos ganaron. Porque pueden haber ganado alguna batalla pero esta es una lucha de largo aliento. Finalmente, el pueblo va a vencer.
Muchas gracias.
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